Familia

HA NACIDO UN SOBERANO

@Maruca Serrano

Había una vez, hace muy pero muy poco tiempo, un lugar relativamente cerca, que se dio a bien el nacimiento de un Soberano.

Todo se había ido preparando paulatinamente, muy pensado. Sin que él existiera aun ya había una gran cantidad de cosas materiales que esperaban su llegada:
Un clásico Moisés, para los tres primeros meses, un bambinito para el mismo tiempo (pero éste sería solo para sacarlo en el coche), sábanas, colchitas, almohadas y todo lo que para estos menesteres se necesitara; pensando también se requería: bañera, jabón especial, talco, aceite, loción, obviamente de importación. Ni que hablar de su ropita, chambras, camisetas y camisitas, mamelucos, pantaloncitos, pañales desechables y de tela por si acaso, toallas húmedas, toallas para la cara, toallas para el pelito, toallas para todo lo demás.
No, no estamos tomando en cuenta mas que las primeras semanas, después habría que pensar en otro cuarto donde se metiera tanto aditamento extra, que la cuna, la andadera, la carreola, el cochecito, la sillita de comer, la sillita entrenadora, pañalera (pequeña para ir al pediatra), pañalera más grande para cuando va con su abuelita. En la cocina, ni se diga: lugar especial, hervidor, mamilas, chupones, la leche, el atole, comida para bebé, el cereal…  en fin, la lista podría aumentar mucho, mucho más dependiendo de cada circunstancia.
Todo esto sin tomar en cuenta, que el pequeño Soberano, aun no ha nacido. Al fin. Llegó el momento, el Soberano llega a casa y como te podrás dar cuenta, con todo lo necesario para poder empezar su reinado. Tal vez su madre, se ha empeñado en anotar los consejos de la abuela, de la suegra, aunque siempre parecen pasados de moda, de la amiga, la vecina o de aquella revista que encontró. Confundida como suele suceder al principio, como todas las madres al primer llanto, la primera angustia; será hambre?, ¿será frío?, ¿tal vez calor?… ¿tendrá sueño, le dolerá algo, estará enfermo, tendrá cólico?
Todo esto que hemos dicho aun no es nada en comparación a lo que sucederá, ya que además de todo, el Soberano, HA NACIDO SABIO.
Es una pequeña criatura capaz de captar todo esto y mucho más, sabrá desde el primer día que es el centro de atención. Este pequeño monarca podría tener hoy tres o cuatro años, o tal vez, para cuando su madre lea esta carta, su majestad ya tengo siete u ocho años, por lo que este pequeño emperador ya habrá tomando casi todo su poder y estará en estos momentos en pleno uso de sus soberanas facultades.

Ahí esta el Soberano, cubierto de amor y de gritos cumpliendo solamente el papel que cada uno de los padres le ha otorgado.

Seguramente todos tenemos un rey en nuestros hogares, tal vez es uno de los que hoy tanto nos quejamos, tal vez nos quejamos de nuestras propias debilidades, tal vez mucho ha ayudado la propaganda “para el rey del hogar”, el medio mes para el bebé y mucho los comerciales y la manipulación en que vivimos que nos ha creado tantas necesidades para un pequeño de poco más de tres kilogramos quien ocupa un espacio mucho más grande de lo que requieren los propios padres.

Mucha propaganda de lo que no necesitamos y muy poca, pero muy poca de lo que como padres, y se dijo PADRES se requiere.
No habrá algo que dure más tiempo que una chambrita española talla seis meses? Has pensado que cualquier otra chambra le abrigaría igual, pero que ninguna madre o padre del mundo lo amaría más?
Por qué no pensar mejor en lo que no pasa de moda o no dejarán con el tiempo y el crecimiento, como pensar en qué será tu hijo, qué busco para él y, cómo lo vamos a lograr.
¿Por qué en vez de discutir con mi marido si compramos o no la hermosísima carreola que hoy cuesta tan cara, discutimos cómo podremos educarlo mejor? ¿Qué virtud debemos infundir primero en él? No tan solo buenos modales, los más grandes defraudadores los han tenido. Mejor digamos: ¿Qué me corresponde a mí por ser la madre y a ti por ser le padre?
En dónde está pues la propaganda que diga que su hijo no necesita cosas tan caras, sino que diga: MADRE TE NECESITA AHORA, A TI, Y DE BUENAS.
PADRE TE QUIERO VER MÁS EN CASA Y AHÍ PRESENTE CONMIGO, NO CON TU DIARIO Y CON TU TELE.
Padres: Si no les ha gustado mi reinado es porque ustedes no me han enseñado que existe otro, ¿Por qué no me empiezan a enseñar otro ahora?
SE LOS AGRADECERÉ POR SIEMPRE, ESPERANDO PARA QUE ME EDUQUEN A SER SIEMPRE SU REY, NO SU TIRANO.

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