Familia

Del paro feminista al reparo femenino

Norma Barba

Algunos postulados de las movilizaciones feministas son:

1.- El feminismo radical no tiene el monopolio en la defensa de mujer:

Defender los derechos de las mujeres suponía enfrentarse a una disyuntiva; donde o se era pro-mujer siendo feminista radical o se era machista y patriarcal si no se sumaban. (Es decir amiga o enemiga de la mujer respectivamente).

Esta estrategia dio como resultado el totalitarismo del feminismo radical donde encasillar en un bloque o en otro era beneficiosos para desacreditar a quienes no admiten el aborto, la ideología de genero y la hipersexualidad, al mismo tiempo que posicionaba a quienes sí lo promovían.

Por ejemplo, durante la jornada del día internacional de la mujer en México, en la que participaron mas de 80 mil personas de todos los sectores e ideologías, se mostró el poder de la unión bajo una causa en común: la no violencia y las diferentes propuestas para erradicarlo.

Quedó evidenciado con el grito de la joven Moka a las feministas vandálicas: “Tu no me representas” “no queremos una lucha entre hombres y mujeres” “queremos paz y equidad”.

Pero también a través del uso de pañuelos de colores diferentes que representaban y posturas y demandas distintas: (azul-provida, verde- abortista y morado feminista radical).

2.- El paro reflejó la productividad de la mujer y no su función de Ser.

La sociedad se ha empeñado en hacernos creer que una persona vale por lo que hace y por lo que tiene. De ahí que el paro feminista midiera su éxito en las cuantiosas pérdidas económicas y actividades inconclusas o postergadas por el ausentismo femenino.

Aunque es verdad que las pérdidas económicas ascendieron a 37 mil millones de pesos de acuerdo con cifras publicadas en diario el Heraldo, la mayor pérdida ha sido invisivilizar la función esencial de la mujer: la armonía y paz.

El Papa Francisco en diversos momentos nos ha recordado que “las mujeres no están para lavar platos. No: la mujer está para aportar armonía. Sin mujer no hay armonía”.

“Muchas veces escuchamos: ‘Es necesario que en esta sociedad, que en esta institución haya una mujer para hacer tal cosa…’. No, no. La funcionalidad no es el propósito de la mujer. Es verdad que la mujer debe hacer cosas, y hace cosas como todos los demás. El propósito de la mujer es la armonía en el mundo”.

Y continúa diciendo: “la mujer es quien hace hermoso el mundo, lo cuida y lo mantiene vivo” por lo que “si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres”.

3.- El feminismo radical es contradictorio y engañoso

Con el rostro cubierto pero envalentonadas para el destrozo, piden lo que no dan: paz, exigen lo que no ofrecen: evidenciar y castigar la violencia del sexo opuesto y demandan más violencia y dolor con la legalización del aborto.

Ejercicios como las marchas y el paro nacional del mes de marzo reflejo una histórica participación que le quita el monopolio de la defensa de los derechos de la mujer al feminismo radical, pues reparamos las mujeres que esta causa es propia de todas en medio de diferencias ideológicas.

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